Recientemente he pasado unos días en la capital inglesa, Londres, y una de las cosas que más me ha impresionado de la visita -como no podía ser de otra manera- son los coches. Jamás había visto tanta maravilla suelta por las calles de una ciudad, y no me refiero a los monumentos o a las turistas únicamente...
Ya desde el autobús que me trasladó del aeropuerto a la ciudad, pude ver cosas como el Aston Martín DB9, Nissan GT-R o Bentley Continental GT. Este trayecto pasó por varios pueblos, así que pude fijarme bien en los coches que había en las puertas de las casas, y solo puedo decir que los británicos tienen un gusto impecable. A parte de los supercoches, vi otras máquinas más "normalitas" pero que delatan al conductor como un verdadero aficionado del motor, o alguien que simplemente quiere el coche "para que le lleve". Algunos ejemplos para explicar esto son los Volkswagen Golf GTI o Golf R, Focus ST o RS, Vauxhall Astra VXR (que viene a ser lo mismo que aquí un Opel Astra OPC), Renault Clio RS, y un largo etcétera. Por lo tanto, podemos decir que en Inglaterra hay una gran afición a esto de las cuatro ruedas y los coches prestacionales, desde compactos potentes como los mencionados, hasta superdeportivos del más alto nivel, de los que hablaré luego, porque antes hay que pasar por el escalón intermedio. Aquí es donde entran modelos como el Nissan 300 ZX, Toyota Supra, Nissan Skyline GT-R (R32, R33, R34...), Lotus Elise, Ford Mustang, Acura Integra Type R (con el debido Nurburgring marcado en relieve en el alerón), etc. Vehículos de verdaderos "quemados", y de estos me encontré una larga lista.